lunes, 28 de septiembre de 2015

Compré el fondo de comercio de tu alma
Y no encontré aquellos cigarros
Que siempre fumabas
Solo aquellas golosinas pegajosas
Que todos ellos te regalaban 
Mientras yo te compraba aquellos cigarros
Que tanto te gustaban
Y me los fumaba frente a tu kiosco
Mientras vos te empalagabas.
Ahora sos diabética y dejaste de fumar 
pero yo siempre guardo este encendedor.
Nunca se sabe.


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